Foto de Artem Beliaikin en Unsplash

“Comer animales y sus derivados es necesario para mi desarrollo espiritual”

Tannia Falconer

--

Me quedé boquiabierta y bastante confundida cuando escuché esta frase.

En realidad no tengo palabras para catalogar este “argumento” que recientemente alguien me dio “contra el veganismo”.

Podría decir que esto es lo más contradictorio que he escuchado hasta el momento. ¿Habrá sido concebido bajo los efectos de sustancias psicotrópicas? [sarcasmo].

Sea como sea, me llevó a varias reflexiones:

¿Qué tipo de relación consigo misma y con la vida puede tener una persona que argumenta que dañar a otros seres (directa o indirectamente) es un requisito para su desarrollo espiritual?

¿Será que a través de las consecuencias del daño que se hace a otros hay una confrontación con la propia sombra y, por consiguiente, una comprensión de los aspectos que no aportan nada positivo a la propia vida o las vidas de otras personas, y que nos lleva a la transformación (desarrollo espiritual)?

Sin embargo, esta transformación (o desarrollo espiritual) se daría específicamente como resultado de un acto inconsciente (dañar a otros seres), que traería a su vez un despertar de consciencia y una acción inmediata en consecuencia (dejar de dañar a otros seres). No sería un acto consciente, pensado o planificado, pues la consciencia implica una acción o transformación derivada de aquello de lo que no éramos conscientes.

Contradicciones

Argumentar que comer (dañar o matar) animales es necesario para el desarrollo espiritual, conlleva una contradicción.

Es bien sabido que la espiritualidad, en cualquiera de sus definiciones, incluye valores que se consideran parte fundamental de nuestra vida y convivencia con otros seres en este planeta.

Si hablamos desde una ética Universal, incluiría no hacerle daño a otros seres, así como un trabajo interior profundo para el crecimiento y mejoramiento personal. Ser mejor persona a través del autoconocimiento es uno de los aspectos principales y más profundos de la espiritualidad.

Sin embargo, consumir animales y sus derivados, con pleno conocimiento de lo que esto implica para estos seres y para la propia salud mental, física y emocional, no puede ser usado como un requisito para el desarrollo espiritual.

Y si quien dice esto, además argumenta que “las plantas también sienten”, como excusa para no dejar de consumir animales y sus derivados, debería pensar que al alimentarse únicamente con plantas, “dañará” aún menos plantas (ya que los animales que se come, requieren muchas más que un humano), aparte dejará de contribuir a la matanza y explotación animal. Entonces esto es una doble contradicción.

Por cierto, la supuesta sintiencia de las plantas no tiene ningún sustento científico, pues esta implica conciencia, para lo cual es necesario tener un cerebro, neuronas y un sistema nervioso central, y las plantas no los tienen.
(Ver: animal-ethics.org/what-is-sentience/; https://link.springer.com/article/10.1007/s00709-020-01579-w)

Esto no significa que no tengan un valor intrínseco, pues la vida en el planeta sería imposible sin ellas.

La sintiencia debe estar por encima de la cultura

Todos los animales no humanos tienen sintiencia, inteligencia y conciencia, independientemente de las distintas culturas humanas que les rodeen, o en la que hayan sido criados para su explotación. Ignorar esto, es omitir un aspecto vital de nuestra evolución como especie.

Desde una perspectiva abolicionista, ignorar las cualidades de sintiencia y conciencia de los animales y adjudicarlas a las plantas, es una excusa y no un argumento (ver: https://www.abolitionistapproach.com/the-real-reason-for-interest-in-plant-sentience-has-nothing-to-do-with-plants/).

Se trata de una profunda disonancia cognitiva que lleva a evadir la confrontación con el propio ser y a evitar los cambios de hábitos y de programas inconscientes, necesarios para acercarnos a la tan perseguida transformación espiritual.

Veganismo no es perfección ni creencia personal

Y no es que quienes hayan pasado por esta transformación sean seres humanos perfectos y acabados. Se trata de personas que han hecho la labor de conocerse, se han cuestionado honesta y profundamente aquellos hábitos basados en tradiciones dañinas (como comer animales y sus derivados) y creencias falsas (como que “los humanos necesitamos comer animales y sus derivados para sobrevivir y tener salud”) y se han atrevido a transformarlos.(Ver: https://nutritionfacts.org/video/the-protein-combining-myth/;

Son personas que han aprendido a valorar y a respetar la vida de otros seres sintientes por encima de su propio placer.

Son personas que se han arriesgado a confrontar la tremenda injusticia que sucede cada segundo de cada minuto, cada minuto de cada hora, cada hora de cada día, en la que se crían miles de millones de seres sintientes para ser masacrados. Anualmente esto sobrepasa, por mucho (más de 70 mil millones de animales terrestres y entre 2 y 3 trillones de peces), la cifra de todos los humanos que han muerto en la historia del planeta, que se calcula en unos 102 mil millones.

Ética por encima de placer

La honestidad también es parte importante del crecimiento personal y espiritual, es decir, no ir por la vía del autoengaño para evitar hacer lo que sabemos que nos corresponde.

Esto va para aquellas personas que aún siguen inventando las excusas más inverosímiles para seguir consumiendo animales y sus derivados. Cuando hay ética, no hay excusas (https://www.elsaltodiario.com/infoanimal/por-que-convertimos-a-los-animales-en-productos).

Sabemos que el placer es el más poderoso de los combustibles humanos. También es el más primitivo y maleable. Los placeres, que al final son gustos, son aprendidos y, por lo mismo, también pueden desaprenderse.

Así que si realmente somos la especie más inteligente sobre este planeta y queremos frenar nuestra propia extinción, comencemos ya y sin excusas a cuestionar nuestras conductas, a reflexionar qué tipo de personas queremos ser, a ejercer nuestra capacidad de desaprender hábitos y placeres que le hacen daño a otros seres, a nosotros mismos y al planeta.

Por un bien mayor que abarque la vida toda, menos antropocentrismo y más eCocentrismo.

--

--

Tannia Falconer

Life lover ❤ Vegan for life. Meditator. Vegan and whole foods plant based life mentor. I practice Ahimsā, the principle of nonviolence the most I can.